20 de abril de 2010

Sabina y Marcos

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A partir de esta carta, Joaquín Sabina compone “Como un dolor de muelas” para su disco Dímelo en la calle.

De: Subcomandante Insurgente Marcos.
CCRI-CG del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Montañas del Sureste Mexicano, Chiapas.
México.

Don Sabina:

Yo sé que le parecerá extraño que le escriba, pero resulta que me duele la muela y, según acabo de leer, usted camina ahora por estas tierras que, mientras no acaben por venderlas también, siguen siendo mexicanas. Entonces pensé yo que, aprovechando que me duele la muela y que usted camina ahora bajo estos cielos, pudiera yo escribirle y saludarlo e invitarlo a echarse un "palomazo" con el Sup (a larga distancia, se entiende). ¿Qué dice usted? ¿Cómo? ¿Que qué tiene que ver el dolor de muelas con el "palomazo"? Bueno, tiene usted razón, debo explicarle entonces la muy extraña relación entre el dolor de muelas, el que usted camine por estas tierras, la larga distancia y una muchacha. No, no se sorprenda usted de que ahora haya aparecido una muchacha. Siempre aparece una, vos lo sabés Sabina.

Bien, resulta que cuando yo pasaba por esa etapa difícil en que uno descubre que ya no es más un niño y tampoco alcanza a ser un hombre (esa etapa, vos lo sabés Sabina, en que las féminas se transmutan de molestas a interesantes y hay que ver la de problemas que esto provoca), conocí a un viejo que, sin que se lo pidiera, decidió que tenía que darme un consejo sobre esos seres incomprensibles pero tan amables que eran, y son, las mujeres.

"Mira muchacho "me dijo", la vida de un hombre no es más que la búsqueda de una mujer. Fíjate que digo `una mujer y no `cualquier mujer. Y por `una mujer, muchacho, me estoy refiriendo a una de `única. El problema está en que el hombre siempre queda con la duda de si la mujer que encontró, si es que encuentra alguna, es esa `una mujer que estaba buscando. Yo ya estoy viejo y he descubierto una fórmula infalible para saber si la mujer que uno encontró es la `una mujer que estaba uno buscando..." (...) El viejo carraspeó y me confió: "Si tu le dices a una mujer que te duele una muela y ella, en lugar de mandarte al dentista o darte un analgésico, te abraza y deja que recuestes la mejilla en sus pechos, entonces, muchacho, esa mujer es la `una mujer que andabas buscando...".

Yo me quedé perplejo, pero como quiera tomé nota de la fórmula. A mí nunca se me había ocurrido que debía pasarme la vida buscando una mujer (...). A mí se me ocurrían cosas más concretas y factibles, como ser bombero, conquistar el mundo o construir un avión que se controlara solo con el pensamiento. Respecto a las mujeres, yo me tenía en muy alta estima y estaba más propenso a que esa "una mujer" me encontrara a mí, que a buscarla yo.
(...) A mí ni se me ocurrió que la fórmula estuviera mal. Así que achaqué mis primeros fracasos a la falta de autenticidad en mi dolor de muelas. Con clips y palillos, después de una paciente labor de meses, logré picarme dos muelas con tanto éxito que tuve que acompañar la estrategia con una fuerte dosis de antibióticos. Repetí la fórmula, ahora con la confianza de saberme auténtico, y los resultados siguieron siendo magros.

Así hubiera seguido adelante, acabando con mis muelas, si no es porque, ya adolescente, encontré a otro viejo que, cruel, me dijo: "Tu problema está en la cara. Más bien en tu nariz. A los feos, las muchachas no les hacen caso, a menos que sean cantantes". "¿Cantantes?" Bueno, esta nueva fórmula les daría reposo a mis muelas (que por lo demás ya estaban definitivamente destrozadas)... Claro que el problema entonces era saber qué se necesitaba para ser cantante (...). Después, escuchando canciones, me di cuenta de que el problema era mayor, ya que una cosa era ser "cantante" y otra más difícil era ser "cantautor" o "canta-autor" (vos lo sabés Sabina). Entonces hice trampa, es decir, escribí algunos poemas (o como se llamara lo que escribía) y dejaba siempre pendiente la música.
(...)Resulta que (vos lo sabés, Sabina) hay ahora una muchacha que está demasiado lejos y entonces pensé que usted, Don Sabina, podría echarme una mano y una tonadita (mire que no es lo mismo pero pudiera ser igual). Y usted podría echarme una mano si me permitiera tutearlo y, cómplice como ha sido antes sin saberlo, fingiera usted que nos conocemos desde hace mucho tiempo y que, por tanto, es perfectamente natural que usted reciba una carta del Sup redactada en los siguientes términos: "Sabina (sí, ya sé que te desconcierta este inicial e irreverente tuteo, pero tú compórtate como si tal cosa): He trabajado arduamente en los últimos días en la letra que me encargaste para tu nueva canción (Vamos, quita ya esa cara de espanto! Ya sé que no me has encargado ninguna letra para ninguna canción, pero sígueme la corriente para despistar al enemigo) pero ha sido inútil. No me sale nada original.

Así las cosas, busqué en el cofre del pirata y solo encontré un viejo y mohoso poema, que no es tan viejo y tal vez ni a poema llegue, que te puede servir si le das un poco de aliño. Es ideal para ponerle música y escalar con velocidad el "hit parade" internacional (no me preguntes si para arriba o para abajo), pero tú ya sabes que a nosotros los artistas (sigue fingiendo demencia, no denotes la menor sorpresa) no nos importa la fama (bueno, no mucho).

En este caso particular, a mí solo me interesa una muchacha que está demasiado lejos para que pueda yo musitarle al oído este poema y arrancarle así, vos lo sabés Sabina, una sonrisa o una lágrima (...). El poema dice, más o menos, así: "Como si llegaran a buen puerto/ mis ansias,/ como si hubiera donde/ hacerse fuerte,/ como si hubiera por fin/ destino para mis pasos,/ como si encontrara/ mi verdad primera,/ como traerse al hoy/ cada mañana,/ como un suspiro/ profundo y quedo,/ como un dolor de muelas/ aliviado,/ como lo imposible/ por fin hecho,/ como si alguien/ de veras me quisiera,/ como si, al fin,/ un buen poema me saliera./ Llegar a ti." La tonadita puede ir más o menos así: tara-tarara-tararira-etcétera, vos lo sabés Sabina. El título de la canción podría ser "Canción para una muchacha que está demasiado lejos", o "Un dolor de muelas para ella", o "Un dolor de muelas, Sabina, la larga distancia, una muchacha y el Sup". En fin, ya se te ocurrirá algo. El crédito puede ser "Letra: el Sup. Música: Joaquín Sabina", o "Letra y música: Joaquín Sabina (a petición del Sup)" o como quieras.
Vale. Salud y ojalá ella entienda.

El Sup." Esa podría ser la carta que usted recibiera y aceptara, Don Sabina.
Y todo esto viene a cuento porque estaba yo solo, con mi dolor de muela y leyendo que usted camina por estas tierras. Entonces pensaba yo que usted, tal vez, estaría de buen humor y magnánimo y que podría contarle yo la historia de los dolores de muelas, mi frustrada carrera como cantautor y una muchacha que está demasiado lejos (...).
Vale. Salud y ya sabe usted, si le sobran por ahí un analgésico o una tonadita, no dude en mandármelos. Ambas cosas se agradecen en este asfixiado pecho que le escribe...
Desde las montañas del sureste mexicano.

México, octubre de 1996
Subcomandante Insurgente Marcos.



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Respuesta de Sabina.

Joaquín Sabina contesto la misiva al subcomandante Marcos. Le anunció que en febrero de 1998 saldría a la venta la canción que compuso para el movimiento insurgente mexicano. El cantautor tardó dos años para acabar la canción. Esta carta esta fechada en Buenos Aires y más tarde se publicó en San Cristóbal de las Casas, Chiapas.

Al Subcomandante Marcos

"¿ Dónde encontrar una excusa para tan terca mudez? Sucede que, cada vez con mayor saña, las musas se vengan de quien abusa del ripio y el do, re, mi. Qué puedo contarte a ti, que no sepas de memoria, si andas cambiando la historia con la tinta y el fusil."
" Bastaría con que en las actas chiapanecas del dolor, conste que mi corazón es una ciencia inexacta, que a regañadientes pacta, con la razón militante. Ojalá, subcomandante, al cabo de este pregón merezca tu absolución, este afónico cantante".

" Pero, elige con cuidado a quién diriges tus cartas, porque hay leyendas que infartan al ánimo más templado".

"¿ Cómo puede merecer corresponsal tan bragado quien desde el mejor hotel de Cancún o de Sevilla oye hablar de la guerrilla como quien oye llover? Y, sin embargo excluido de partidos y banderas, me conmueve tu manera de no darte por vencido, de disputarle al olvido la hoguera del porvenir, de desempolvar la crin del caballo de Zapata, de matar a los que matan, de enseñarnos a vivir".

" Me encargaste una canción y por décimas te salgo, hace meses que cabalgo sobre la contradicción de restaurar la emoción, en tiempos tan iscariotes, con la mano en el escote del verso a la antigua usanza. Así hablaba Sancho Panza con mi señor Don Quijote. Por lo demás, cuídate, cuando vengan por las malas, que no te rocen las balas, que no te falte papel, ni frijoles, ni mujer, que la virgen lacandona te esconda bajo su lona. Te lo pide un gachupín que se despierta en Madrid soñando con tu persona".

AL FINAL ASÍ SE FIRMO LA CANCIÓN ESCRITA POR MARCOS

*Como un dolor de muelas
(Letra: Subcomandante Marcos, Joaquín Sabina / Música: Pancho Varona)

Como si llegaran a buen puerto mis ansias,
como si hubiera donde hacerse fuerte,
como si hubiera por fin destino para mis pasos,
como si encontrara mi verdad primera,
como traerse al hoy cada mañana,
como un suspiro profundo y quedo,
como un dolor de muelas aliviado,
como lo imposible por fin hecho,
como si alguien de veras me quisiera,
como si al fin un buen poema me saliera...
una oración.

Como si la arena cantara en el desierto
los cantos de sirena del mar Muerto,
como si para crecer sobraran las escaleras,
como si escribiera un ciego un libro abierto.
Ven a poblar el zócalo de ojos,
siembra de migas de pan caliente
mis canas de alcanfor adolescente.
Ponle al sordo voz y alas al cojo,
bendice nuestro arroz, nuestro minuto,
como si no fuéramos cómplices del luto...
del corazón.

*Al pie de Sabina escribió a mano: "Querido subcomandante, mal y tarde, aquí te adelanto la letra de la canción que saldrá en el febrero. Con ganas de verte pronto. Todos los abrazos”

Joaquín Sabina.




Disco de la Semana: Física y Química de Joaquín Sabina

Fisica y Quimica


TRACKLIST:

Y nos dieron las diez
Conductores suicidas
Yo quiero ser una chica Almodóvar
A la orilla de la chimenea
Todos menos tú
La del pirata cojo
La canción de las noches perdidas
Los cuentos que yo cuento
Peor para el sol
Amor se llama el juego
Pastillas para no soñar

(Para ver la letra, clic sobre las canciones)

¡DESCARGA AQUÍ!

7 de mayo

8:29 PM

Auditorio del Complejo Cultural Universitario

Puebla

19 de abril de 2010

"De cómo el marido de la peluquera imaginó una relación con la peluquera en caso de que la peluquera no fuera su esposa"

Por: El Marido de la Peluquera

A últimas fechas me he llegado a preguntar que hubiera hecho con una amiga como tú. Hablo de una amistad de la infancia, de esas con las que naces, creces y si tienes mucha suerte, te reproduces y mueres.

Echo a volar mi mente e intento recordar aquellos viejos tiempos que nunca pasaron, esa época en la que el destino jamás hubiese apostado a nuestro favor en el acercamiento más casual y esporádico. Eran tiempos confusos e irreales. Eran días soleados y el vaivén de la vida, de mi corta vida, me llevaría a tus aulas y a tus pasillos, a tu falda por encima de la rodilla y a tu banqueta llena de risas aún marcadas en mi rostro. Probablemente llamé tu atención por el simple hecho de ser “el chico nuevo” que se incorporó a la mitad de año y eso a todas luces es inusual en el imaginario colectivo de los niños de primaria. A lo mejor te morías de curiosidad o de pena al verme deambular en solitario a mitad del patio durante los recreos. Con el paso de los días, los meses o los años me fui adaptando a esa entidad ajena a la realidad de un hijo único de familia pequeña de infonavit.

Me acuerdo del primer día que te vi. Serían las nueve o diez de la mañana y yo sentadito afuera de la oficina de dirección mientras mi madre hacía los últimos trámites junto con la señora directora para recluirme en ese campo católico de concentración, el único en su tipo en donde me permitieron recuperar el año escolar. El patio principal, vacío, aguardaba la sublimación de los últimos charquitos de la lluvia del día anterior, entonces apareciste tú, con tu uniforme de escolapia y tus zapatitos negros caminando hacia los baños con la gracia de un duendecillo irlandés tarareando alguna canción de cuento. Perdí tu rastro un par de minutos hasta que te vi subir las escaleras y entrar en aquel último salón del segundo piso.

Tenía pocos minutos en esa escuela y ya había encontrado una buena razón para perdonar a mis padres por el hecho de fastidiarme la vida de la noche a la mañana y sin consultármelo. En ese entonces no sabía mucho de niñas (igual que ahora), pero algo era seguro: me había enamorado. No acababa de asimilar mi idilio de bebedero cuando mi madre salió de la oficina junto con la directora y me dijo “Mijo, te vas a quedar a clases y al rato vengo por ti”, al mismo tiempo que se le cristalizaban sus ojitos como tantas veces, como cada primer día de clases desde que tengo memoria (mi madre repetiría aquel ritual durante los siguientes diez años hasta el último grado de mi preparatoria). Mamá se quedó en el vestíbulo mientras la señora autoridad me guiaba a mi nuevo salón en mi nueva escuela. Estaba emocionado pero tenía miedo. Cuál sería mi sorpresa al descubrir que mi nuevo salón no sería mi nuevo salón, sino el salón de la niña-duende del patio. Parado frente a la puerta y de frente con mi destino, ahí estabas nuevamente; segundo pupitre de la fila de en medio, cuchicheando con la niña rubia de adelante mientras la directora me anunciaba como fenómeno de circo “¡Pasen a ver al niño-nuevo que se enamoró a primera vista de la niña-duende!, o por lo menos eso parecía ya que los latidos de mi corazón eran tan fuertes que no podía escuchar lo que decía mi nueva maestra; aunque si nos ponemos estrictos tampoco era mi maestra, sino la maestra de la niña-duende y los niños albinos chipileños( todos güeritos, güeritos; nunca me sentí tan moreno y mira que más bien soy amarillo). Fue muy feo, los niños albinos eran comandados por la niña-duendecillo del patio, y me veían de tal forma que parecía que estaban oliendo mierda. Todos eran odiosos, incluso tú. Tú eras la más odiosa porque minutos antes me había enamorado de ti, ¿recuerdas? De haber sabido en ese momento, les hubiera dicho “¡qué me ven pinches burguesitos hijos de Marcial Maciel, si supieran que vengo de lo más bravo del barrio bravo de Tepito y que así como me ven les rompo su panista y reaccionaria madre uno por uno en bola!”, sin embargo hay que recordar que yo tendría siete años y pues no tenía muy claro cuál era mi contexto socioeconómico, así que mejor me lo guardé para mis adentros y cabizbajo ocupé el lugar que la venerable maestra me asignó junto a un gordo de lentes.

Aquellos primeros meses de adaptación no fueron fáciles, mis notas no me dejarán mentir; sin embargo poco a poco le fui tomando el modito a tan singular ambiente escolar. No dejaba de ser “el nuevo” y siempre me daba a notar, ya sea por mi mala conducta y mi falta de capacidad y/o voluntad para atender los asuntos de un tal Dios (gracias Don Benito Juárez por darnos hoy el Estado Laico de cada día), o por mis habilidades en el deporte. A la fecha la cancha de soccer sigue siendo mi hábitat natural y en ese entonces se notaba (olelé, olalá, no sean maleducados, saluden a papá). La pelota no sabe de clases sociales y por eso valía la pena jugar fútbol en esa escuela, es algo similar a lo que José Emilio Pacheco llama “Las batallas en el desierto”, ¿ya?

A pesar de que no me hablabas ni yo a ti, mi amor crecía y crecía todos los días; aunque eso sí, me caías muy mal, creo que por lista y creo que todo era mutuo. Eras el más secreto de mis secretos y la competencia más amenazadora. Así nos pasamos el primer año y medio.

Es curioso, pero a partir de este momento tengo una laguna mental que no me permite precisar el instante correcto en el que iniciamos algo parecido a una amistad. No recuerdo cuándo ni cómo. Supongo que el paso paulatino del tiempo, aunado a la exposición diaria del uno con el otro dentro de un espacio físico delimitado provocó que aflorara algún indicio de, digamos cierto grado de ¿confianza?, que fue creciendo con el correr de las maquetas de volcanes, los frascos con algodón para cultivar frijoles y los mapamundis coloreados por región geográfica según su clima y actividades productivas.

Llegó el momento en que nos pasábamos treinta o cuarenta minutos, tiempo que demoraba mi madre en pasar por mí después de la salida escolar, sentados en la banqueta, platicando y platicando, comiendo chocolates de canastita, chicharrines con salsa Valentina y congeladas de rompope para quitarnos lo enchilados. Llegamos a aprovechar muy bien ese lapso era la mejor media hora del día y como tal la pasábamos riendo como niños que éramos, antes de que el Chevy blanco de mi mamá sonara tres veces el claxon cual letal toque de queda para que tú te atravesaras la calle cual duendecillo, a fin de llegar al banco en donde trabajaba tu mamá, mientras yo enfilaba acalorado rumbo a mi casa en aquel vehículo explotador. Ambos sabíamos que era el fin de “nuestro día”.

Crecimos nosotros, creció la ciudad, crecieron los amigos. Vimos pasar infinidad de fiestas de cumpleaños, papitas y refrescos, juegos y corretizas, la semana inglesa, las idas al cine, las pizzas de aquella plaza, las idas de pinta al parque de enfrente, las tardes enteras en tu casa, la comida de tu mamá, las bromas de mi papá, los juegos de mesa, los bolígrafos de colores chillantes, las canciones de la epoca, los celos, las misas, los viajes de estudio, los buenos pero sobretodo los malos maestros, los balonazos en la cara, las caídas en el patio, la suástica al final de mi libreta, tu cabello húmedo, mi pantalón con parches en las rodillas, el suéter con tu nombre bordado, las obras de teatro, las infinitas llamadas telefónicas, los chismes, los exámenes finales, el baile, las flores, las cartas, los indigentes que nos compraban cervezas y cigarros, el vino, las 11:11, las 11:25, las lágrimas junto a las maletas en la central de autobuses.

¿Te imaginas? Pudo ser lindo, ¿no? Sin embargo dicen por ahí que uno sólo puede tomar lo que no tiene dueño, así que esa parte de ti no me va, nunca ha sido mía pero no te lo niego, me hubiera gustado que lo fuera. Me hubiera gustado pasar las tardes enteras en tu sillón haciendo nada, me hubiera gustado llegar a tu casa y jugar con tus perros, desayunar en tu cocina y desordenar tu cuarto, avisarte cinco minutos antes que te raptaría toda la noche, llegar sin invitación a tus cenas familiares, ser el último en irme el día de tu cumpleaños, tomar el coche de mi papá y escaparnos a las montañas, a la playa, a Cuetzalan; me hubiera gustado saber todo de ti. Después de todo no existes o tal vez sí, pero no como tal.

¿Qué le pudo haber faltado a esta historia imposible? ¿Qué más pasó? ¿Cuántas novias me espantaste? ¿Cuántos desamores lloramos juntos? ¿Cuántos goles gritamos? ¿De cuántos chistes malos nos reímos? ¿Cuántas veces nos enojamos tanto, tanto? ¿Qué libros jamás nos regresamos? ¿Cuántas chamarras mías conservas aún en tu armario? ¿Cuántas fotos tenemos juntos? ¿Nos embriagamos y probamos juntos la mota? ¿Cuántas veces me marcaste llorando por aquel cabrón que te rompió el corazón? ¿Alguna vez te defendí? ¿Cuántas veces me sacaste perdido de borracho de algún bar? ¿A qué conciertos fuimos juntos? ¿Cuántos cafés hemos convertido en alcohol? ¿Ya me has sacado de la cárcel? ¿Ya prometí a tus padres que te cuidaría? ¿Ya has mentido por mí? ¿Y yo por ti? ¿Ya hemos pasado las horas viendo los autos desde lo alto de un puente peatonal? ¿Hace cuánto tiempo que no nos vemos? ¿Recuerdas la última vez? ¿Fue en la universidad? ¿Te enteraste que aprobé mi examen y me voy a estudiar lejos? ¿Lloraste el día que me fui ilusionado? ¿Me abrazaste el día que regresé derrotado? ¿Sabes que tengo una columna? ¿Me has leído? ¿Cómo ves al país? ¿Has pensado en mí en todo este tiempo? Te encuentro más bella, ¿te hiciste algo en el pelo? ¿Te acuerdas de esto? ¿Te acuerdas de lo otro? ¿Te acuerdas de él y de ella? ¿Cómo está tu mamá? ¿Cómo va el negocio? ¿Qué tal la maestría? ¿Ya se te subió el vino? ¿Sabías que me enamoré de ti a los siete años? ¿Cómo que te vas a casar? ¿Por qué no me lo habías dicho? ¿Y cómo es ese tal Alejandro? ¿Estás segura? Podría besarte ahora mismo, ¿sabes?

¿Ya te tienes que ir?, aún es temprano.

14 de abril de 2010

Radio Rebelde Rock en el Mezcalito!

Recibe mexicano Juan Villoro Premio de Periodismo Rey de España

El autor de obras como “El disparo de Argón” consideró que ante este problema se requiere una actuación integral del gobierno y de la sociedad, “privilegiar la educación y no sólo un aspecto como puede ser el policial o el militar”.


Mar, 13/04/2010 - 07:11
El rey de España Juan Carlos de Borbón, entregó el premio al escritor mexicano Juan Villoro. Foto: Notimex

Madrid.- El escritor mexicano Juan Villoro recibió hoy aquí el XVII Premio Iberoamericano de Periodismo Rey de España, por su trabajo “La alfombra roja. El imperio del narcoterrorismo” publicado en el Periódico de Cataluña el 1 de febrero de 2009.

En un acto celebrado en la Casa de América, el escritor recibió de manos del rey Juan Carlos de Borbón el galardón dotado de nueve mil euros (12 mil 230 dólares), que reconoce la contribución a la comunicación y el mutuo conocimiento entre pueblos iberoamericanos.

El jurado calificador destacó la “calidad de la escritura, el rigor del reportaje y la clarividencia en la elección del tema”.

También reconoció las “múltiples perspectivas (plásticas, musicales, literarias, políticas y sociológicas) desde las que analizó una realidad tan poliédrica como el narcotráfico, de forma que sus puntos de vista y conclusiones son susceptibles de extrapolarse a otros contextos y escenarios iberoamericanos”.

Antes de la ceremonia, Villoro habló a periodistas mexicanos sobre la necesidad de un “debate” en los medios de comunicación mexicanos sobre la forma en que se debe cubrir informativamente este fenómeno y encontrar “un equilibrio” para ello.

Explicó que hay informaciones recientes de medios mexicanos que difunden lo que dicen los protagonistas del narcotráfico, y consideró que los periodistas no se pueden abstraer de lo que hay en ese lado, pero sabiendo cómo hacerlo.

“Yo creo que el debate se tiene que intensificar mucho porque hay una banalización del horror por una lado, pero no se puede caer en histeria, y es necesario discutir entre todos los periodistas hasta dónde eso”, manifestó.

Villoro recalcó que se debe analizar también “hasta dónde (debe llegar) la exposición con imágenes de cuerpos y decapitaciones y definir cómo eso contribuye a un clima que no es el que queremos”.

Consideró necesario que se comience a discutir sobre las víctimas del narcotráfico, muchas de ellas inocentes que merecen ser honradas con un relato.

Sobre todo, apuntó, “tener claro que se puede hablar de otras cosas, hay muchas otras cosas en México, no está sólo el crimen”.

El autor de obras como “El disparo de Argón” consideró que ante este problema se requiere una actuación integral del gobierno y de la sociedad, “privilegiar la educación y no sólo un aspecto como puede ser el policial o el militar”.

Añadió que al sector de la cultura le corresponde crear redes para “evitar caer en la histeria y salir todos juntos de esto”.

"La alfombra roja. El imperio del narcoterrorismo" Juan Villoro

El escritor mexicano Juan Villoro describe cómo el narcoterrorismo se ha instalado en su país –y con qué tremenda puesta en escena lo hace–, al punto de borrar la inútil barrera que pretendía separar las rutinas de "ellos" de las "nuestras".

Por: Juan Villoro

LA MUERTE A DIARIO. Médicos forenses de la policia del estado de Sinaloa, México, toman notas al lado del cuerpo de una victima de los enfrentamientos entre narcotraficantes, el 11 de junio pasado.


De acuerdo con el axioma de Andy Warhol, en el futuro todo mundo será célebre durante 15 minutos. Esta utopía de la dicha tiene sentido en una sociedad del espectáculo. La cultura política mexicana prestigia la felicidad del modo opuesto: lo importante no es lo que se ve, sino lo que se oculta. Un destino logrado no desemboca en la celebridad; se cumple en secreto. La utopía mexicana ha consistido en disponer de 15 minutos de impunidad. Durante 71 años (1929-2000), el PRI gobernó sin perder ni ganar elecciones democráticas. Se perpetuó a través de una rotación de camarillas que confundían lo público y lo privado, y renovaban esperanzas similares a las de los concursos de feria: "Si ahora no te fue bien, el próximo gobierno de la Revolución te hará justicia".

Ajeno a la transparencia y la rendición de cuentas, el modo mexicano de gobernar transformó el lenguaje con una gramática de sombra. La política se rebautizó como la "tenebra" y los arreglos importantes se hicieron en lo "oscurito". La llegada de la luz resultaba peligrosa; el conspirador debía actuar al cobijo de la nocturnidad y "madrugar" a su adversario. En su novela La sombra del caudillo (impecable retrato de los generales revolucionarios convertidos en políticos en los años veinte), escribió Martín Luis Guzmán: "El que primero dispara, primero mata. Pues bien, la política de México, política de pistola, sólo conjuga un verbo: madrugar". Oficio de tinieblas, el ejercicio del poder dependió durante casi un siglo del valor político de lo inescrutable.

Terminado el monopolio del PRI, los códigos de la impunidad se disolvieron sin ser sustituidos por otros. ¡Bienvenidos a la década del caos! A ocho años de la alternancia democrática, México es un país de sangre y plomo. El predominio de la violencia ha disuelto formas de relación y protocolos asentados desde hacía mucho tiempo. Los medios de comunicación ampliaron su margen de libertad, pero trabajan en un entorno donde decir la verdad es progresivamente peligroso. De acuerdo con Reporteros sin Fronteras, México ha superado a Irak en número de secuestros y asesinatos de periodistas. En este nuevo escenario, los sucesos se confunden con simulacros. Un ambiente de naufragio donde la ausencia de principios se disfraza de pragmatismo o medida de emergencia. Los trueques son los de una mascarada: el clero apoya al PAN en Jalisco y recibe a cambio una limosna inmoderada; el sindicato de trabajadores de la educación (el más grande de América Latina) ofrece más de un millón de votos a Felipe Calderón y obtiene puestos en áreas de gobierno tan decisivas como la seguridad nacional; los monopolios hacen una guerra sucia en los medios durante la campaña presidencial de 2006, presentando al candidato de la izquierda como "un peligro para México", y reciben un trato que elimina la competencia. Al modo de los Cuatro Fantásticos, los Poderes Fácticos gobiernan en la sombra. La impunidad no desapareció cuando el PRI perdió la presidencia; se dispersó en medio del desconcierto. Esto ha traído una extraña nostalgia del autoritarismo del Partido Oficial, que "al menos sabía robar".

En la hermética tradición de la política mexicana, los protagonistas salían de escena y morían sin hacer revelaciones ni dejar diarios comprometedores. Nada tenía mayor peso que el secreto ni mayor jerarquía que los gestos. La misión del periodista consistía en descifrar signos esotéricos. Cada ademán era estudiado como un lance taurino o una pose de teatro kabuki: si el presidente estaba de buen humor, pedía huevos rancheros en su desayuno del lunes; si llegaba a los frijoles refritos sin dirigirle la palabra a su secretario de Gobernación, el cambio de gabinete era inminente. La gastronomía política sigue hoy un curso muy distinto. Estamos ante un bufet donde todos se arrebatan los platos, gritan a la vez y se llevan las sobras en un tupper-ware.

La crisis de gobernabilidad tiene como correlato una crisis de los mensajes. El Ejecutivo es ya incapaz de determinar la agenda de la información. Si durante siete décadas declarar fue más importante que gobernar (el bienestar como promesa que no admitía refutación), ahora el presidente aparece en las noticias durante unos segundos entre dos asesinatos, un parpadeo oficial en medio de la metralla. En este contexto, el crimen organizado ofrece la nueva simbología dominante. El narcotráfico suele golpear dos veces: en el mundo de los hechos y en las noticias donde rara vez encuentra un discurso oponente. La televisión acrecienta el horror al difundir en close-up y cámara lenta crímenes con diseño "de autor". Es posible distinguir las "firmas" de los cárteles: unos decapitan, otros cortan la lengua, otros dejan a los muertos en el maletero del automóvil, otros los envuelven en mantas. A veces, los criminales graban sus ejecuciones y envían videos a los medios o los suben a YouTube después de someterlos a una cuidadosa posproducción. La mediósfera es el duty-free del narco, la zona donde el ultraje cometido en la realidad se convierte en un "infomertial" del terror.

Los cárteles aplican la legislación de la sangre descrita por Kafka en "La colonia penitenciaria". La víctima ignora su sentencia: "Sería absurdo hacérsela saber puesto que va a aprenderla sobre su cuerpo". El narco se apoya en el discurso de la crueldad (cruor: "sangre que corre") donde las heridas trazan una condena para la víctima y una amenaza para los testigos. El jus sangui del narco depende de una inversión kafkiana de los episodios legales; la sentencia no es el fin sino el comienzo de un proceso; el anuncio de que otros podrán ser llamados a "juicio". "Si no haces correr la sangre, la ley no es descifrable", escribe Lyotard a propósito de "La colonia penitenciaria". Tal es el lema implícito del crimen organizado. Su discurso es perfectamente descifrable. En cambio, la otra ley, la "nuestra", se ha difuminado.

La narcocultura amplió su radio de influencia a través de los narcocorridos, muchas veces pagados por los propios protagonistas. En la confusión ambiente, los trovadores vinculados al crimen gozan del dudoso prestigio de lo ilegal que reclama un carisma a contrapelo y se somete a la "moral del pueblo". Aunque suene curioso o divertido o folclórico cantar las peripecias de quienes llevan "hierba mala" al otro lado, los narcocorridos pertenecen a un sector que mueve el 10% de la economía (lo mismo que el petróleo) y causa decenas de asesinatos al día. Tomados como documentos del hampa, son reveladores. Lo extraño es que han ganado espacio en las estaciones que transmiten música popular y aun en las antologías de literatura. En nombre de un incierto multiculturalismo, hace un par de años un grupo de escritores protestó porque dos narcocorridos fueron suprimidos de un libro de texto. En su queja pasaron por alto que esas letras no se estudiaban en una clase sobre problemas de México, sino sobre literatura, sustituyendo a Amado Nervo o Ramón López Velarde. El narco ha contado con la anuencia de las estaciones de radio a las que amenaza o subvenciona (términos rigurosamente intercambiables) y con la empatía antropológica de quienes sobreinterpretan el delito como una forma de la tradición.

De acuerdo con J. G. Ballard, "El 'hecho' capital del siglo XX es la aparición del concepto de posibilidad ilimitada. Este predicado de la ciencia y la tecnología implica la noción de una moratoria del pasado (el pasado ya no es pertinente, y tal vez esté muerto) y las ilimitadas posibilidades accesibles en el presente". La técnica permite una gratificación instantánea de los deseos y altera las costumbres. Las redes de distribución del consumo y los inventos progresivamente baratos hicieron que el siglo XX desembocara en la impulsividad recreativa, donde la satisfacción es tan inmediata que resulta irónico que los Rolling Stones canten "I can get no satisfaction". En la época de los placeres programados, la insatisfacción es una queja malévola o el peculiar anhelo del dandy.

La descarada tendencia de la época a la satisfacción exprés se ha aliado en México con la impunidad. El mundo narco, la supremacía del presente se cumple a través de un ménage à trois del dinero rápido, la alta tecnología delictiva y el dominio del secreto. El pasado y el futuro, los valores de la tradición y las esperanzas planeadas, carecen de sentido en ese territorio. Sólo existe el aquí y el ahora: la ocasión propicia, el emporio del capricho donde puedes tener cinco esposas, comprar a un sicario por mil dólares y a un juez por el doble, vivir al margen del gusto y de la norma, entre el colorido horror de las camisas de Versace, jirafas de oro macizo, un reloj que da la hora por 300 mil dólares, botas de avestruz azul turquesa. La gratificación de lo ilimitado a la que aspiran los nuevos modos de comportamiento adquiere en el relato del crimen el amparo de lo oscuro: 15 minutos de impunidad para cualquiera.

Como han documentado Luis Astorga y Renato González Valdés, el narcotráfico era hace cincuenta años un tema regional ubicable en el noroeste de México. Hoy en día involucra los flujos del dinero planetario. La reacción psicológica ante una amenaza que crece y riega dinero ha sido darle la espalda, relegarla al espacio sin luz donde sólo existe el presente. El narcotráfico ha ganado batallas culturales e informativas en una sociedad que se ha protegido del problema con el recurso de la negación: "los sicarios se matan entre sí". Más que una rutina aceptada o una indiferente banalización del mal, las noticias del hampa han producido un efecto de distanciamiento. Siempre se trata de desconocidos, gente lejana o rara, que sabrá por qué la degüellan. Cada mañana los periódicos publican un rojo marcador: los 12 decapitados de ayer en Yucatán son relevados por los 24 ejecutados de hoy en el parque nacional de La Marquesa. Sin embargo, el instinto de supervivencia ha llevado a aislar mentalmente las zonas de violencia. Mientras los que se aniquilen sean "ellos", estaremos a salvo.

El narco ha sido durante demasiado tiempo el "expediente equis", la realidad paralela, la dimensión desconocida, el hoyo negro. Julio Scherer García, decano del periodismo independiente en México, acaba de publicar un libro revelador: La reina del Pacífico. Durante meses, Scherer visitó a Sandra Avila en el penal donde se encuentra desde el 28 de setiembre de 2007. Presentada ante los medios como si fuese "La Reina del Sur", el personaje de Arturo Pérez Reverte, Avila tiene todo lo necesario para cautivar al ojo público. Es una mujer hermosa, fuerte, desafiante, capturada por un mandatario débil, que se fracturó al caer de una bicicleta (un accidente de kindergarten), disminuido por los uniformes que le gusta lucir (en su cuerpo, todos parecen talla XL). La Reina llegó como una presa irresistible para un presidente de pie pequeño. Su exhibición forma parte de una estrategia de propaganda que no logra mitigar los duros impactos del narcotráfico.

De acuerdo con lo que le dice a Scherer, la participación de Avila en el delito ha sido menos directa y en cierta forma más alarmante de lo que sugieren sus captores. A sus 44 años, no ha conocido otra vida que el narcotráfico. Habla de ese medio como Sofía Coppola podría hablar del cine. Ha frecuentado a todos los capos de interés, fue secuestrada por un novio delincuente, contrajo dos matrimonios con narcos (uno de ellos era un comandante corrompido), padeció el secuestro de su hijo adolescente, ha visto morir gente a sus pies, ha tenido todas las fiestas, todas las alhajas, todos los coches, todas las mansiones que sólo se habitan por un par de semanas, todo exceso adquirible en riguroso efectivo. Durante 44 años vivió en una región aparte, como los participantes del proyecto Biósfera 2000.

Javier Marías, ha comentado que la serie Los Soprano depende de mostrar la vida privada de los gángsters y permitir un acceso insólito –un pase hacia dentro sin riesgo de muerte– a la zona donde los mafiosos son como nosotros y tienen problemas con la escuela de sus hijos. Desde su propia perspectiva, el narco depende de eliminar el afuera y asimilar todo a su vida privada: comprar el fraccionamiento entero, el country, el estadio de fútbol, la delegación de policía, la burbuja que puede habitar Sandra Avila. En este Second Life de la vida real no hay que fingir ni que ocultarse porque los espectadores ya han sido comprados.

La Reina del Pacífico no parece la estratega del mal que le urge al presidente, sino algo más común y terrible: la consorte del ultraje. Ha vivido una vida plena y completa sin pasar un momento por la legalidad. Lo más asombroso no es su jerarquía en el delito, sino que haya cumplido con "normalidad" todos los protocolos de la subcultura en que nació (su única queja es no haber sido hombre para tener mayor protagonismo). De niña a viuda, ha tenido una trayectoria que se lee como un camino de superación personal que hace años era exclusivo de Sinaloa, sede del cártel del Pacífico, y ahora pertenece al país entero, una lógica donde ningún derroche es desperdiciable. Si alguien considera que un artificio llamado Rolex Oyster Perpetual Date tiene suficientes nombres para satisfacer a la Reina, se equivoca. Sandra Avila tenía 179 joyas de ese tipo. Estos excesos de caja fuerte se complementan con el dispendio de armamento. Después de un crimen, los sicarios abandonan 15 ó 17 ametralladoras AK-47, muestra de que su arsenal no tiene fondo.

La teatralidad del narco depende de las balas y la tortura, pero también del desperdicio de armamento y del disfraz, que permite ser miembro transitorio de cualquier cuerpo policíaco. Los cárteles se han infiltrado de tal modo en el poder judicial que no sorprende que cuenten con todo tipo de uniformes reglamentarios. Lo raro es que la policía, cómplice del delito, lleve uniforme.

Ajeno a la noción de frontera, el narcotráfico pasa con fluidez de la vida privada a las regiones, cada vez más remotas, de la vida civil que aún no ha comprado. En su inserción en el dominio público, el capo no requiere de más pasaporte que un apodo; puede asumir un sobrenombre de teodicea (el Señor de los Cielos), ranchería (Don Neto) o dibujos animados (el Azul). Los más temibles son los que insinúan una coquetería femenina que los hechos refutan con fiereza: la Barbie, el Ceja Güera. Como los superhéroes, los narcos carecen de currículum; sólo tienen leyenda. Desconocemos a sus pares en los Estados Unidos. En México son ubicuos e intangibles. Lo mismo da que se encuentren en un presidio de máxima seguridad o en una mansión con jacuzzi, pues no dejan de operar. La negación de la violencia ha dado paso a un temor muy informado. Para certificar que los capos son los "otros", seres casi extraterrestres, memorizamos sus exóticos alias e inventariamos sus dietas de corazón de jaguar con pólvora y cocaína. Sin embargo, el rango de operación del narco creció en tal forma que cada vez cuesta más concebirlo como una remota extravagancia nacional. Los Soprano es ya el reality show que ofrecen los vecinos.

El paisaje ha cambiado con las inversiones del dinero ilícito. Cualquier ciudad mexicana dispone de suficientes locaciones para filmar la muerte de un capo o de un comandante. Ahí está el restaurante ideal, un château de plástico y neón donde meseras en minifalda sirven costillas de brontosaurio, junto a una concesionaria de Mercedes Benz y un hotel que semeja una mezquita con cúpulas de plexiglas. En ciudades como Torreón o Mérida, que tenían fama de tranquilas porque se presumía que los narcos tenían ahí su residencia y no las usaban para "trabajar", también hubo ajusticiamientos. En la nueva atmósfera del miedo, diez mil empresas ofrecen servicios de seguridad y tres mil personas se han injertado un chip bajo la piel para ser detectados por radar en caso de secuestro.

La estrategia defensiva de no mirar o de asumir que los atracos ocurren lejos, en un parque temático del ajuste de cuentas para el que por suerte no tenemos entradas, se ha venido abajo. El 15 de setiembre, día de la fiesta de Independencia, dos granadas fueron lanzadas contra una indefensa multitud en la plaza de Morelia. El atentado coincidió con otro, virtual: los habitantes de Villahermosa recibieron correos electrónicos que los señalaban como candidatos al secuestro.

El presidente Calderón pasó por elecciones muy impugnadas que dividieron al país. Para realzar su fuerza, ordenó que el ejército patrullara el país. Este anuncio de que la confrontación era posible, provocó que los cárteles combatieran entre sí y ejecutaran policías. Mientras los cadáveres aparecían en carreteras y cañadas, no se investigaron redes de financiamiento ni se detuvo a cómplices del crimen en el gobierno. El último alto funcionario arrestado por tratos con las mafias fue Mario Villanueva, gobernador de Quintana Roo, investigado en tiempos de Ernesto Zedillo, último presidente del PRI. Los dos gobiernos de la alternancia democrática han sido incapaces de investigarse a sí mismos y detectar los pactos que permiten que prospere el narcotráfico.

Hemos llegado a una nueva gramática del espanto: enfrentamos una guerra difusa, deslocalizada, sin nociones de "frente" y "retaguardia", donde ni siquiera podemos definir los bandos. Resulta imposible determinar quién pertenece a la policía y quién es un infiltrado.El trato con el crimen ha derivado en un decisivo desplazamiento simbólico. Si durante décadas nos protegimos de la violencia pensándola como algo ajeno, ahora su influjo es cada vez más próximo.

Desde el arte, la instaladora Rosa María Robles anticipó esta resignificación del miedo. Su exposición Navajas, exhibida en Culiacán en 2007, incluyó la pieza "Alfombra roja", que no se refería a la pasarela donde los ricos y famosos desfilan rumbo a la utopía de Andy Warhol, sino a las mantas de los "encobijados", teñidas con sangre de las víctimas, la "colonia penitenciaria" que entre enero y octubre de 2008 cobró cerca de tres mil víctimas. El momento irrepetible del crimen y las posibilidades ilimitadas del narcotráfico adquieren en esta pieza otro sentido. La sangre pasa al tiempo lineal, al suelo común donde la vida es tocada por el crimen. Robles logró hacerse de ocho mantas en una bodega de la policía. Con ellas creó su "Alfombra roja". Llevadas a una galería, se convirtieron en un dramático ready-made. Duchamp pactaba con James Ellroy: el "objeto hallado" como prueba del delito. Robles puso en escena la impunidad por partida doble: mostró un crimen no resuelto y comprobó lo fácil que es penetrar en el sistema judicial y apropiarse de objetos que deberían estar vigilados.

Navajas dio lugar a una polémica sobre la pertinencia de reciclar objetos periciales. Sin embargo, el verdadero impacto de la obra fue otro: en la galería, las mantas brindaban una prueba muy superior a la que brindaron en la morgue. Después de algunas discusiones, "Alfombra roja" fue retirada. Entonces Rosa María Robles tiñó una cobija con su propia sangre. El gesto define con acucioso dramatismo la hora mexicana. Todos tenemos méritos para pisar esa alfombra. De manera simultánea, el terror se ha vuelto más difuso y más próximo. Antes podíamos pensar que la sangre derramada era de "ellos". Ahora es nuestra.

Juan Villoro.

Estos pen..ingenuos dan risa!

Sus opiniones son bienvenidas, dice al cantautor en una misiva

No actuamos con ingenuidad, responde Gómez Mont a las críticas de Sabina
Fabiola Martínez
Periódico La Jornada
Miércoles 14 de abril de 2010, p. 9

El cantante español Joaquín Sabina no será sancionado por la Secretaría de Gobernación por haber criticado la estrategia de Felipe Calderón para combatir el narcotráfico.

El titular de la dependencia, Fernando Gómez Mont, le envió una carta para hacerle algunas precisiones y comentarle que el gobierno federal no ha actuado con ingenuidad.

Gómez Mont dijo que Sabina hizo referencia a temas de discusión universal, como la seguridad o el narcotráfico, y sus comentarios deben ser aquilatados y bien recibidos.

La Jornada publicó el 9 de abril una entrevista con el cantautor, quien afirmó que Calderón era un ingenuo bien intencionado, en el mejor de los casos, por haber declarado la guerra al narcotráfico sin saber bien cuáles eran sus planes ni los del enemigo; esta situación, dijo, ha traído en consecuencia más caos, más desgracia y más muertes de las que había antes.

Gómez Mont reveló que Calderón tiene especial gusto por la música de don Joaquín Sabina y, agregó, se encontrarán y ahí dirá lo suyo; como español, lo veo como hermano y es bienvenido a México.

En la carta de Gobernación –distribuida a la prensa en un boletín a las 23 horas– Gómez Mont saluda a don Joaquín Sabina y en seis párrafos presenta un recuento al cantante de la estrategia del gobierno federal y del Estado mexicano para combatir al crimen organizado, especialmente la reconstrucción de fondo de las instituciones de seguridad pública y de procuración de justicia.

Señala que lo verdaderamente ingenuo es suponer que los delitos que tienen asolada a la población se van a resolver si el gobierno federal no hace nada. Agrega que la legalización de las drogas no resuelve el problema fundamental de seguridad en el país ni pone alto a la descomposición institucional de los años recientes, y tampoco garantiza que las bandas delincuenciales renuncien a prácticas al margen de la ley.


12 de abril de 2010

Disco de la Semana: Valleys Of Neptune de Jimi Hendrix



Periódico La Jornada

Experience Hendrix LLC y Legacy Recordings, de Sony Music Entertainment, lanzaron un proyecto realmente magnífico y sin precedente: editaron todo el catálogo de Jimi Hendrix a la par de la salida de Valleys Of Neptune, un álbum de 12 canciones inéditas de estudio, que representan más de 60 minutos de música nunca antes comercializada, resultado del genio de este trascendental artista denominado por la revista Rolling Stone como El mejor guitarrista de todos los tiempos.

Centrado en canciones grabadas durante el turbulento 1969, el álbum revela las grabaciones finales de estudio de la Jimi Hendrix Experience, que estableciera las bases que seguiría con Electric Ladyland. El súperheroe de la guitarra también comparte su primera sesión con el bajista Billy Cox, un viejo compañero del ejército que había invitado para formar parte de su banda.

Valleys Of Neptune nos brindará una vista completa y hasta ahora desconocida de la esencia musical de Jimi Hendrix en el periodo crítico entre el lanzamiento de Electric Ladyland, en octubre de 1968, y la apertura de su propio sello, en 1970, Electric Lady Studios, en Greenwich Village, lugar donde comenzaría su proyecto final, el ambicioso álbum doble First Rays of the Rising Sun.

Estudio en casa

Janie Hendrix, presidenta de Experience Hendrix LLC, compañía que pertenece a la familia y es la responsable de la preservación y protección de la herencia musical de Jimi Hendrix, comenta: “Mi hermano Jimi tenía el estudio en casa. Valleys Of Neptune nos ofrece la oportunidad de conocer a profundidad la maestría que tenía para los procesos de grabación, muestra la manera en que innovaba en las grabaciones y su habilidad para esta actividad tanto como para la guitarra. Su brillantez deslumbra a través de cada una de estas canciones”.

El nuevo disco resulta original y electrizante, con más de 60 minutos de material inédito de Jimi Hendrix (originalmente grabado) y remezclado para este lanzamiento histórico por el ingeniero que trabajó largo tiempo con él, Eddie Kramer, quien por ciertyo, también colaboró con el guitarrista por primera vez en Are You Experienced?, en 1967. Valleys Of Neptune ha sido producido por Janie Hendrix, John McDermott (quien contribuye en todos los detalles del álbum) y Eddie Kramer.

El álbum es el material inédito de Hendrix más comentado y esperado. El sencillo de título homónimo fue lanzado mundialmente en febrero de 2010, cerca de 40 años después de que Jimi terminara de grabarlo en Record Plant, en Nueva York, en 1970.

Otros temas importantes en el disco son algunos covers de estudio de los clásicos Bleeding Heart, de Elmore James, y Sunshine Of Your Love, de Cream, así como composiciones inéditas de Hendrix: Ships Passing Through The Night, Lullaby For The Summer y la versión original de Experience Rendition de Hear My Train A Comin. También se incluye la canción Mr. Bad Luck, producida por Chas Chandler durante las Axis: Bold As Love Sessions, en 1967.

Como parte de los lanzamientos del catálogo de Jimi Hendrix, en México se pusieron a la venta al público las ediciones cd/dvd de Band of Gypsys, Are You Experienced?, Axis: Bold As Love, Electric Ladyland y First Rays of the New Rising Sun. Adicionalmente, también se lanzarán en cd Jimi Hendrix Experience y en dvd Live At Woodstock.

Cada uno de los títulos esenciales del catálogo contendrá un dvd dirigido por el ganador del Grammy, Bob Smeaton, también responsable de otros importantes documentales recientemente lanzados (Beatles Anthology, Festival Express, The Beatles: The Studio Recordings) y presenta entrevistas con ex miembros de la banda: Noel Redding, Mitch Mitchell, Billy Cox, el productor original, Chas Chandler, y el ingeniero Eddie Kramer. Además, Smash Hits, la recopilación original de Jimi, volverá a ser lanzada. La aclamada Live At Woodstock estará disponible en dvd y Blu-ray Disc.

Ningún artista ha transformado el panorama de la música tan profunda y permanentemente como Jimi Hendrix, dijo Adam Block, vicepresidente y gerente general de Legacy Recordings. “Estamos orgullosos de asociarnos con Hendrix Experience LLC en el lanzamiento de Valleys Of Neptune, un tesoro para los fans de Hendrix, tanto nuevos como de antaño. Se trata de un inicio prometedor en el cumplimiento de esta visión compartida en el futuro”.

Para más información: www.jimihendrix.com



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1. Stone Free
2. Valleys Of Neptune
3. Bleeding Heart
4. Hear My Train A Cominx{2019}
5. Mr. Bad Luck
6. Sunshine Of Your Love
7. Lover Man
8. Ships Passing In The Night
9. Fire
10. Red House
11. Lullaby For The Summer
12. Crying Blue Rain

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11 de abril de 2010

Preguntas de un obrero que lee.

Bertolt Bretch

¿Quién construyó Tebas, la de las siete puertas?
En los libros se mencionan los nombres de los reyes.
¿Acaso los reyes acarrearon las piedras?
Y Babilonia, tantas veces destruida,
¿Quién la construyó otras tantas?
¿En que casas de Lima, la resplandeciente de oro, vivían los albañiles?
¿Adónde fueron sus constructores la noche que terminaron la Muralla China?
Roma la magna está llena de arcos de triunfo.
¿Quién los construyó?
¿A quienes vencieron los Césares?
Bizancio, tan loada,
¿Acaso sólo tenía palacios para sus habitantes?
Hasta en la legendaria Atlántica, la noche que fue devorada
por el mar,
los que se ahogaban clamaban llamando a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India.
¿Él sólo?
César venció a los galos;
¿no lo acompañaba siquiera un cocinero?
Felipe de España lloró cuando se hundió su flota,
¿Nadie más lloraría?
Federico Segundo venció en la Guerra de Siete Años,
¿Quién más venció?
Cada página una victoria
¿Quién guisó el banquete del triunfo?
Cada década un gran personaje.
¿Quién pagaba los gastos?
A tantas historias, tantas preguntas.

Preguntas de un trovador que sueña

Silvio Rodríguez

Si el flautista de Hamelín partiera con todos nuestros hijos, ¿comprenderíamos que se nos va el futuro?

Si ese futuro que se nos va supiera adónde lo lleva el flautista de Hamelín, ¿partiría con él?

Si un huelguista de hambre exigiera que Obama levantara el bloqueo, ¿lo apoyaría el Grupo Prisa?

Si los miles de cubanos que perdimos familia en atentados de la CIA hiciéramos una carta de denuncia ¿la firmaría Carlos Alberto Montaner?

Si algunas firmas meditaran antes de condenar las cárceles ajenas, ¿resultarían incólumes las propias?

Si un líder del norte es un líder, ¿por qué es caudillo el que nació en el sur?

Si la política imperial es responsable de algunas de nuestras desgracias, ¿no deberíamos liberarnos también de esa parte de la política imperial?

Si condenamos la guerra fría, ¿nos referimos a toda o sólo a la porción ajena?

Si este gobierno ha sido tan malo, ¿de dónde ha salido este pueblo tan bueno?

Aborto (marque con una cruz): asesinato, hedonismo, piedad.

Homosexuales (marque con una cruz): Elton John advierte que Cristo era gay.

¿Quién le importa al PP? (marque con una cruz): ¿Zapata o Zapatero?

Si la Casa Blanca devolviera Guantánamo y acabara el embargo, ¿qué posición (común) adoptaría el Kama-Sutra europeo?

Si el que hoy maldice ayer bendijo, ¿con quién pasó la noche?

Si de veras nos haría tanto daño una amnistía, ¿por qué no me lo explican?

Si la suma de ambas intransigencias nos extingue y la nada baldía nos arrastra al pasado, ¿nuestros hijos tendrán lo que merecen?

¿Qué pasa con los negros? ¿Qué pasa con los amarillos? ¿Qué pasa con los blancos? ¿Qué pasa con los rojos, con los azules e incluso con los hombrecillos verdes?

Si alguien roba comida y después resulta que no da la vida ¿qué hacer?

Si otro Martí naciera entre nosotros ¿podría ser emigrante, rapero, cuentapropista, ciudadano provincial en una chabola periférica?

Patria, Universo, Vida, respeto al semejante y todos Venceremos un poquito.


10 de abril de 2010

Zapata: 91 aniversario luctuoso

El Caudillo del Sur inspira decenas de luchas en AL

El ideario zapatista, base para combatir a monopolios hoy, dicen expertos

Emir Olivares Alonso
Periódico La Jornada
Sábado 10 de abril de 2010, p. 2

Emiliano Zapata representa un ideario de dignidad, valor, entereza, sacrificio y trabajo. Ha sido uno de los referentes más importantes del siglo XX tanto en México como en América Latina. Su legado ha formado base de la lucha de decenas de pueblos por su liberación, por la reivindicación de tierras y por la honestidad. Este triunfo del zapatismo alcanza conquistas democráticas, económicas y políticas, aseguraron académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Durante un foro de homenaje al Caudillo del Sur en víspera del 91 aniversario de su muerte (10 de abril de 1919), Adalberto Santana Hernández, director del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la máxima casa de estudios, aseguró que la experiencia de Zapata ha sido retomada por varios líderes latinoamericanos que hoy ostentan el poder en sus naciones. Cuba, Nicaragua, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Venezuela son algunos de esos casos.

Sostuvo que en el centenario del inicio de la Revolución Mexicana, la figura y el ideario del héroe representan la base para la lucha que se debe dar contra los monopolios en el México actual.

Peleó contra los monopolios de los terratenientes. Y en México hoy siguen presentes (los monopolios), no necesariamente en las tierras, sino sobre otros recursos, como los naturales, sociales y económicos. El ideario zapatista podría ayudar a la igualdad social, pues en el país se mantiene la contradicción de los pocos que tiene mucho y muchos que no tienen nada.

Personajes como Zapata, añadió, sólo aparecen en periodos históricos y su obra repercute en determinados espacios y tiempos.

Sin embargo, su pensamiento sigue vigente debido a que traspasa fronteras, tiempos y deja huella en la historia.

Emiliano Zapata Salazar –nacido el 8 de agosto de 1879 en San Miguel Anenecuilco, Morelos, y asesinado en una emboscada el 10 de abril de 1919 en Chinameca, en la misma entidad– muere muy joven, pero más que un personaje de la historia de México, es alguien que ha trascendido y alcanzado la categoría de leyenda y símbolo para mexicanos y latinoamericanos, detalló Mario Magallón Anaya, especialista del CIALC.

Foto
La Verónica, estado de México, 1970

Para el experto, el zapatismo es uno de los procesos históricos con más profundos alcances en el siglo XX, y su triunfo “significa importantes conquistas democráticas en aspectos económicos y políticos.

Los movimientos revolucionarios insurgentes de América Latina han contado con referentes éticos y personajes que por su ideario sirvieron y sirven de inspiración en las luchas emancipatorias libertarias, como es el caso de Zapata, Villa y Ricardo Flores Magón.

A diferencia de Francisco Villa o Venustiano Carranza –señaló el académico–, Zapata no era un caudillo que desarrollara la estructura de mando de las formaciones zapatistas, sino un coordinador de éstas favorecido por su prestigio. Era un anarquista social, y éstos no se pliegan a líderes, todo se decide comunitariamente.

La leyenda del Caudillo del Sur fue actualizada por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que se inspira en gran parte del accionar, pensamiento y peso moral del guerrillero.

Agregó que el pensamiento anarquista se relaciona con el ideario socialista y lo referente a la concepción donde la libertad económica es la base de todas las demás libertades.

Para los anarquistas mexicanos de 1911 esta libertad sirve para trabajar la tierra de manera comunitaria y consideraban que debía disolverse el Estado, en tanto para los zapatistas de 1994 dicha disolución no era parte de sus postulados, pues no aspiran al poder político, sino al control del gobierno comunitario de los pueblos y comunidades indígenas.

Señaló que para caracterizar y entender la utopía de Zapata es necesario referirse, aunque sea sucintamente, al pensamiento anarquista del periodista mexicano Flores Magón.

A través de la obra de éste se logran rastrear algunas líneas que lo conectan con la praxis político-revolucionaria de Zapata, y más tarde, por ende, con el pensamiento radical del movimiento zapatista en Chiapas.

5 de abril de 2010

La guerra perdida. Entrevista Julio Scherer a Mayo Zambada

Revista Proceso

Revista Proceso

La principal arma con la que cuenta el gobierno federal es la maquinaria de propaganda mediática que está a su completo servicio. Televisa, TvAzteca, las editoriales que estos dos empresas regentean; estaciones de radio, concesionarias de canales de cable, prensa escrita, incluso panfletos se han rendido al presupuesto a condición de moderar el discurso, hacer válida una guerra que no es, de legitimar a un hombre que no puede hacerlo por sí mismo.

Sin embargo quedan pocos, poquísimos de hecho, medios que no han cedido a la enorme presión gubernamental para hacer desaparecer de las portadas las palabras y fotos que, también, pocos hombres desean que vean la luz. La Revista Proceso es una de ellas y esta vez se ha ganado un motivo más para que, por ejemplo, García Luna exhiba la revista como parte del armamento incautado a los narcotraficantes.

Julio Scherer García, periodista y fundador de la publicación semanal, esta vez pone casi de rodillas a un gobierno incapaz de comunicar un éxito que sea cuantificable en comparación a los cruentos números que suman cada uno de los muertos a manos de narco y ejército por igual. De rodillas pues en los propios términos de los que se vale Felipe Calderón para medir y comunicar sus escasos éxitos es en el ámbito mediático y por ello, es de esperarse, que en las siguientes semanas la campaña de propaganda de los medios oficialistas estarán empeñados en señalar una inexistentente desesperación de los cárteles de la droga que será débilmente demostrada con, precisamente, la entrevista que hace Julio Scherer al Mayo Zambada.

Recomendamos que se haga un esfuerzo extraordinario para adquirir el ejemplar de Proceso de esta semana por varias razones:
.-En estos casos en los que el gobierno se ve fuertemente cuestionado la revista desaparece de los anaqueles por la compra de acaparamiento de personajes desconocidos.
.-Este número es especialmente importante debido a la relevancia de las declaraciones del narcotraficante.
.-Este número sienta un “antes” y “ahora” en cuanto a la política guerrerista que ha dejado miles de muertos y desplazados
.

Fragmentos de la entrevista que aparece en Proceso 1755

Zambada y señalo la silla que ocuparia, ambos de frente. Observe de reojo a su emisario, las mandibulas apretadas. Me pedia que no fuera a decir que ya habiamos desayunado. Al instante fuimos servidos con vasos de jugo de naranja y vasos de leche, carne, frijoles, tostadas, quesos que se desmoronaban entre los dedos o derretian en el paladar, cafe azucarado.

-Traigo conmigo una grabadora electronica con juego para muchas horas., aventure con el proposito de ir creando un ambiente para la entrevista.
-Platiquemos primero.

Le pregunte al capo por Vicente, Vicentillo.
-Es mi primogenito, el primero de cinco. Le digo ‘Mijo’. Tambien es mi compadre.
Zambada siguio en la resena personal:
-Tengo a mi esposa, cinco mujeres, quince nietos y un bisnieto. Ellas, las seis, estan aqui, en los ranchos, hijas del monte, como yo. El monte es mi casa, mi familia, mi proteccion, mi tierra, el agua que bebo. La tierra siempre es buena, el cielo no.
-No le entiendo.
-A veces el cielo niega la lluvia. Hubo un silencio que aproveche de la unica manera que me fue posible:
-Y Vicente?
-Por ahora no quiero hablar de el. No se si esta en Chicago o Nueva York. Se que estuvo en Matamoros.
-He de preguntarle, soy lo que soy. A proposito de su hijo, .vive usted su extradicion con remordimientos que lo destrocen en su amor de padre?
-Hoy no voy a hablar de ‘Mijo’. Lo lloro.
-Grabamos?
Silencio.
-Tengo muchas preguntas., insisti ya debilitado.
-Otro dia. Tiene mi palabra.

[...]
–He leído sus libros y usted no miente–, me dice.
Detengo la mirada en el capo, los labios cerrados.
–Todos mienten, hasta Proceso. Su revista es la primera, informa más que todos, pero también miente.
–Señáleme un caso.
Reseñó un matrimonio que no existió.
–¿El del Chapo Guzmán?
–Dio hasta pormenores de la boda.
–Sandra Ávila cuenta de una fiesta a la que ella concurrió y en la que estuvo presente el Chapo.
–Supe de la fiesta, pero fue una excepción en la vida del Chapo.
Si él se exhibiera o yo lo hiciera, ya nos habrían agarrado.
–¿Algunas veces ha sentido cerca al ejército?
–Cuatro veces. El Chapo más.
–¿Qué tan cerca?
–Arriba, sobre mi cabeza. Huí por el monte, del que conozco los ramajes, los arroyos, las piedras, todo. A mí me agarran si me estoy quieto o me descuido, como al Chapo. Para que hoy pudiéramos reunirnos, vine de lejos. Y en cuanto terminemos, me voy.
–¿Teme que lo agarren?
–Tengo pánico de que me encierren.
–Si lo agarraran, ¿terminaría con su vida?
–No sé si tuviera los arrestos para matarme. Quiero pensar
que sí, que me mataría.
Advierto que el capo cuida las palabras. Empleó el término arrestos, no el vocablo clásico que naturalmente habría esperado.
[...]

–Un día decido entregarme al gobierno para que me fusile. Mi caso debe ser ejemplar, un escarmiento para todos. Me fusilan y estalla la euforia. Pero al cabo de los días vamos sabiendo que nada cambió.
–¿Nada, caído el capo?
–El problema del narco envuelve a millones. ¿Cómo dominarlos? En cuanto a los capos, encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí.
A juicio de Zambada, el gobierno llegó tarde a esta lucha y no hay quien pueda resolver en días problemas generados por años. Infiltrado el gobierno desde abajo, el tiempo hizo su “trabajo” en el corazón del sistema y la corrupción se arraigó en el país. Al presidente, además, lo engañan sus colaboradores. Son embusteros y le informan de avances, que no se dan, en esta guerra perdida.
–¿Por qué perdida?
El narco está en la sociedad, arraigado como la corrupción.

Radio Rebelde Rock está en la casa! Gira "Como Burros en Primavera". Abril 2010



2 de abril de 2010

La Transición en México, vista por una mujer: Carmen Aristegui

Colaboración para la Revista Juvenil ChidoBUAP. Número 68, Marzo, 2010.

Por Alejandro Carrillo Correa

¿Qué se hizo y qué se dejó de hacer por México en los últimos años?, ¿por qué fracasó la transición a la democracia?, ¿en qué momento la vida pública del país se fue por la borda?, ¿hay alguna esperanza de cambio?

Año de 1988, elecciones federales para nombrar al sucesor del presidente Miguel de la Madrid. Por primera vez en la historia una fuerza organizada proveniente de las filas de la izquierda mexicana y algunos disidentes del partido oficial apuntalaban como una sería alternativa para frenar casi seis décadas de caciquismos partidistas sexenales, resumidos en pobreza y desigualdad social, factores agravados en los últimos años debido a la gran ola de desbarajustes monetarios e inestabilidad económica en el país. Tú y yo acabábamos de nacer y Carlos Salinas tomaba posesión de la silla presidencial después de “sortear” un proceso fraudulento y plagado de irregularidades en donde el “sistema”, pues, se cayó (a la fecha, muchos estudiosos de la semántica y las letras no han podido descifrar si la tragedia de aquel sistema hacía referencia al verbo “caer” o al verbo “callar”, por lo que no se sabe a ciencia cierta si el sistema se cayó o se calló). Aquí se sitúa el momento en donde comienza el largo proceso de transición del país, el inicio del fenómeno transicional de la nación.

Después de la llegada al poder de Salinas de Gortari, los sucesos que conducirían al fracaso de la vida pública de México se resumen de la siguiente manera: la firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, el levantamiento del Subcomandante Marcos desde la selva chiapaneca, el asesinato de Colosio, el fracaso electoral del PRI en las elecciones de 1997, las reformas electorales que a la postre le permitirían a Vicente Fox llegar al poder como primer presidente opositor al partido tradicional, el intento de desafuero a López Obrador, las impugnadas elecciones de 2006 y la decisión de la Corte que le otorgaría el triunfo a Felipe Calderón por una mínima diferencia, la recuperación priista ante el fracaso panista del año pasado y finalmente la contienda presidencial para 2012 en la que la televisión no ha tardado en catapultar a su candidato. A grandes rasgos éste ha sido el largo y lento proceso de transición a la democracia que nuestro país ha vivido en los últimos veinte años y quién mejor para narrarlo a través de sus interlocutores, que una de las mejores periodistas y entrevistadoras que ha dado esta tierra.

De mediana estatura, pero de grandilocuentes expresiones, Carmen Aristegui es dueña de una sutileza inenarrable capaz de hacer hablar a las piedras y a uno que otro dinosaurio extinto. Su trabajo le ha permitido plasmar la visión de algunos de los mexicanos, si bien no los más ejemplares y excepcionales (salvo uno o dos), sí de los mexicanos más controversiales y que de alguna u otra forma han protagonizado lo que José Agustín bien podría llamar la tragicomedia mexicana de las últimas décadas.

Se trata de un mosaico bastante plural de personajes de la vida pública mexicana que desde su trinchera analizan los fenómenos del poder, el panorama actual y muchas interrogantes relacionadas con el proceso de transformación de México en veinte años; se trata de la reflexión desde las voces más autorizadas de la vida intelectual, cultural y académica del país, (aunque también las voces más ignoradas por las élites gobernantes); se trata de seres humanos con contradicciones y anhelos, seres humanos que vieron pasar lo que se dejó de hacer en México o que fueron partícipes de lo que se hizo y que tienen algo qué contar; se trata de rostros con frustraciones y triunfos abotagados en la garganta; se trata de las miradas de veintiséis sujetos capturadas por la réflex de Ricardo Trabulsi, fotógrafo. Se trata de conversaciones y de retratos; se trata de un libro, se trata de “Transición”, de Carmen Aristegui.

El historiador Lorenzo Meyer califica el trabajo de Aristegui y Trabulsi como una referencia histórica para las futuras generaciones que quieran entender el funcionamiento de México. En “Transición”, para algunos pocos la democracia llegó y se instaló muy modestamente; para los más, todo fue un rotundo fracaso y lo que hoy impera son intereses particulares no representativos de las grandes mayorías, vivimos en una democracia simulada y todo parece empeorar. Los entrevistados hablan de sus vivencias con el poder y adjudican responsabilidades al fracaso del sistema, sin embargo hay un aspecto en el que todos tienen una línea convergente; ninguno de los veintiséis hace un ejercicio autocrítico, ninguno acepta su responsabilidad en la gran colisión que el sistema político mexicano ha sufrido y que lo mantiene en la lona y con pocas esperanzas de apoyarse siquiera en las cuerdas. En pocas palabras, la clase política no ha sabido estar a la altura del gran reto que representa transitar de un sistema autoritario a uno más o menos democrático.

Para la periodista el futuro no es prometedor, ya que el país se encuentra sumido en una profunda crisis, no solo económica y financiera, sino también alimentaria, energética y de violencia que aunado a otros factores como la pobreza, el desempleo, el odio, la polarización y las luchas de poder, hacen parecer que México está condenado al colapso, lo que alimenta la idea de una transición llevada al fracaso en todos los aspectos.

Al rondar la palabra “transición” es necesario plantearnos tres cuestiones fundamentales: ¿en dónde estamos?, ¿cómo fue que llegamos aquí? y ¿hacia dónde queremos ir? Al igual que Aristegui, me niego a abandonar la idea de que este país puede y debe ser un país democrático y que la historia la tenemos que construir los ciudadanos para retomar la transición abandonada en el camino. La frustración y el desencanto no pueden detener la gran obra de transformación que México necesita, ya que todo se vale menos la pasividad y la indiferencia ante la grave situación que nos aqueja a todos los mexicanos. Si a los gobernantes les ha quedado grande el paquete, debemos ser los ciudadanos los actores fundamentales e insustituibles capaces de impulsar un cambio verdadero mediante la toma de los espacios para reconstruir el país. Si no hacemos nada, no sucederá nada; si no sucede nada, la transferencia del poder seguirá dándose mediante poderes particulares como la televisión que no representan en lo absoluto a la sociedad.


Frases de la Transición


“El sistema de cómputo no tenía nada que ver con la elección; es lo que nadie quiere reflexionar, porque es muy bonito decir: ‘se cayó el sistema.”

Manuel Bartlett. Secretario de Gobernación 82-88


“Si el PRI regresa, será un colapso en la maduración de las fuerzas modernas.”

Roger Bartra. Sociólogo y Ensayista

“El día que asesinaron a Colosio me sentí muerto políticamente para el resto de mi vida.”

Manuel Camacho Solís. Jefe del Departamento del Distrito Federal 88-93

“Si no hubiera habido movimiento zapatista no hubiera existido la reforma electoral de 1994.”

Jorge Carpizo. Secretario de Gobernación 94

“Nunca creyó Fox en la reforma del Estado…nunca le dio importancia, ni la entendió. Ése fue su error principal.”

Jorge Castañeda. Secretario de Relaciones Exteriores 00-03

“…Sobre todo la corrupción de su hermano (Raúl Salinas). Conseguía contratos de gobierno, se comunicaba con los narcotraficantes…”

Miguel de la Madrid. Presidente de México 82-88

“Por encima del Presidente y ¡por encima del Congreso! Las televisoras lograron lo que el Presidente de México jamás había logrado: sacar una ley en siete minutos, por unanimidad, cero votos e contra…ahí está demostrado el poder.”

Denise Dresser. Académica y Periodista

“Y a las pocas semanas estábamos metidos en una guerra impresionante, una guerra sucia iniciada, promovida y alentada por nosotros.”

Manuel Espino. Presidente del PAN 05-07

“Y así pasaron los seis años…”

Vicente Fox. Presidente de México 00-06

“Estamos en un país que tienen una pluralidad real, social, política, económica e intelectual que no se refleja en la vida política.”

Carlos Fuentes. Escritor

“¿Quiénes fueron capaces de pedir el recuento de los votos, quiénes se atrevieron? ¿Era mucho pedir?”

Andrés Manuel López Obrador. Candidato a Presidente de la República 06

“Ya nadie te habla de transición a la democracia, porque tampoco se habla ya de democracia”.

Carlos Monsiváis. Escritor

“Una transición es tanto más exitosa cuando acaba con la impunidad y pasa al Estado de derecho, y en eso la nuestra ha sido catastrófica.”

Porfirio Muñoz Ledo. Político

“La primera gran omisión fue de López Obrador, quien nunca pidió recontar todos los votos.”

Luis Carlos Ugalde. Presidente del IFE 03-07