Colaboración para la Revista Universitaria ChidoBUAP
Con 75 años de vida, tú, Mercedes La negra Sosa, integrante del movimiento del nuevo cancionero has pasado a formar parte de las figuras entrañables en la música de protesta que se han ido luchando a corazón abierto para dejarnos como herencia el legado de tu vida en propia voz.
Me es difícil escribir en tan pequeño espacio todo lo que la tucumana logró en vida. ¡Qué palabras puedo escribirte a ti que todo lo dijiste! ¡A ti que todo lo cantaste! Pero la tarde de tu muerte se ha puesto triste mi Negra, y en esta ocasión prefiero no callar y hacerle saber al mundo tu entrega, los momentos en que tu corazón gritó revolución con el aire de tus pulmones mas llenos que nunca y tu vida entregada a aquellos que quisieron seguir tu voz a lo lejos, quiero transmitir la impotencia que tu sentiste cuando intentaron callar al cantor y que se contagie tu eterno deseo de querer enfrentar al enemigo con la mejor arma que es el canto.
En el canto popular chileno encontraste refugio y reflejaste en él la inquietud de querer acabar con la injusticia, reviviste las letras de grandes poetas y cantores como Violeta Parra, Daniel Toro, Pablo Neruda y León Gieco que nunca pasarán de moda pues traen consigo los elementos básicos de la revolución, la ideología del hermano americano y los paisajes de nuestras tierras, convirtiéndote así en la voz del Pueblo, para después bautizarte como la Voz de América, porque tienes canciones para todos y con todos, tu voz nos representa y en ellas nos haces libres y encontramos consuelo, arrullo, paz.
En los setentas, al igual que muchos cantores conociste la censura en tu propia tierra, cuando tu Argentina estaba bajo un régimen militar de represión; pero nunca cediste, fuiste congruente con tus acciones y jamás te vimos dar un paso atrás y fue entonces cuando rebelde, rebelde como tu sangre nos enseñaste a luchar siempre por nuestros derechos y con el paso del tiempo la opresión cayó rendida ante el encanto de tu voz, que no conocía ni raza, ni color, ni religión, que rompía con fronteras y atravesaba ilegalmente los corazones de todo aquel que quisiera oírte.
El castigo más grande que pudieron haberte dado fue el creer que podían callarte, pero siguiendo el ejemplo de grandes como Víctor Jara eso tan sólo lo tomaste como pretexto para cantarle a la libertad y la soberanía con más sentimiento, más fuerte, con más entrega, y con esa ternura que solamente de tu boca puede emerger. A unos días de tu muerte seguirá creciendo en el sol tu voz Negra, porque tu canto nos ha llenado a todos de humanismo, nos compromete con nuestra tierra y sobre todo nos enseña dulcemente que el quedarse callado en estos tiempos de injusticia no está permitido.
Si bien es cierto que la muerte de cualquier compañero que ha batallado con el arma de la palabra es lamentable, tu muerte aún no se supera y me uno a aquellos que han dicho que no has muerto, pues mientras te cantemos vivirás y nos quedará como parte del recuerdo esa dulce mujer que palpó suavemente el deseo de buscar la libertad de la patria en su voz….
Te fuiste como las grandes para renacer en nuestro canto, en el canto al amor, en la solidaridad de pensamiento y en la esperanza de una sanación mundial, como tú lo habrías querido, como tú nos lo enseñaste.
Compañera incondicional en este viaje al mundo, dadora de paz, creyente fiel de los valores y la moral, mujer… gracias por ser nuestra y enseñarnos a buscar juntos una cosa pequeñita que se llama libertad, buscarla hasta encontrarla en la ruta del alma de los que más amamos, a mirar al bueno tan lejos del malo, a no ser indiferentes y a cantar con un grito en la voz, a ofrecer nuestro corazón, a darle gracias a la vida, pero sobre todo a ti mi negra, por habernos dado tanto.
El tiempo y el destino dictaron que era hora que acompañaras otros coros y allá…donde solo grandes como tú pueden llegar te está esperando con una sonrisa eterna y de compañerismo Violeta Parra, para que puedan cantarnos juntas el himno a la vida que día con día nos enseña que existe la gratitud y que cantada…siempre suena mejor.