13 de julio de 2012

Astillero 13.7.2012

AMLO: tiempos y ritmo

Imposición ¿irreversible?

Contingencias Monex

ACTA, amago

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Ricardo Monreal presenta a los medios la documentación que integra el recurso de inconformidad que fue presentado al IFE, mediante el cual Andrés Manuel López Obrador solicitó la anulación de los comicios del 1º de julio pasadoFoto Marco Peláez


López Obrador anunció ayer la continuación del trazo por la vía legal contra el fraude electoral y la apertura de un nuevo canal de activismo genérico. No hubo sorpresas en la conferencia de prensa que ofreció: hizo un diagnóstico general de lo sucedido antes, durante y después de los comicios envenenados; describió pasos, actores, concurrencias y tretas de última hora para sostener la candidatura en declive de Enrique Peña Nieto, y terminó convocando a la defensa de la democracia y la dignidad, específicamente un plan nacional que, sin embargo, será detallado a mediados de la semana venidera.

Tal como se había anticipado, el Movimiento Progresista buscará que sea declarada inválida la elección que hasta ahora muestra como ganador oficial a Enrique Peña Nieto. Las razones son las mismas que ya se han expresado en términos generales y que día a día se ven fortalecidas con acumulación de pruebas y evidencias. Sin embargo, los tiempos y el ritmo táctico escogido por el lopezobradorismo parecieran jugar en su contra. Entrampado por los medios televisivos y los empresarios a respetar un pacto de civilidad (¡sin que esos mismos medios y empresarios denuncien la incivilidad de las muestras de fraude que tienen enfrente!), AMLO ve que cada día se consolida la instalación de Peña Nieto, en un proceso irreversible en el ánimo social, aunque persistan las muestras de rechazo a esa imposición de tres colores.

Dejar para mediados de la próxima semana la descripción de un plan de resistencia significa también dejar que gane más tiempo esa consolidación sin que los ciudadanos opositores encuentren otro camino que la marcha pública o el desahogo internético. En realidad, el plan anunciado no contiene en su título un llamado a luchar contra imposiciones y fraudes, sino a la defensa de valores como la democracia y la dignidad.

En positivo, no en negativo. ¿Hacia adelante, no hacia atrás? ¿Pensando más en la reorganización morena que en la viabilidad de impedir la instalación copetona? ¿Preparar la resistencia ya no tanto electoral, sino orientada a enfrentar el sombrío panorama peñanietista ya inevitable?

Los enigmas y las discusiones en la cúpula lopezobradorista podrán tener asomos de luz este sábado, cuando se realicen en todo el país marchas en las que concurrirán las expresiones juveniles nucleadas alrededor del 132 y grupos y organizaciones netamente identificadas con el lopezobradorismo. Será una especie de sondeo extraoficial de las verdaderas posibilidades de pelear contra la imposición de Peña Nieto. Lo importante no será solamente el número de asistentes, sino el ánimo exteriorizado y la organización interna.

Por otra parte, como maniobra de distracción, provocación o venganza, el calderonismo añadió su firma al acuerdo comercial contra la falsificación (conocido como ACTA, conforme a su nombre oficial en inglés). Ni siquiera podría alegar ignorancia de lo que significa una adhesión de ese calibre, pues el propio Senado mexicano había expresado su oposición a esa firma en septiembre del año pasado, en una postura tomada por unanimidad de los partidos políticos allí representados. La Comisión Federal de Telecomunicaciones recomendó, por su parte, abstenerse de estampar esa rúbrica institucional. Y, de manera aplastante, el Parlamento Europeo rechazó apenas el pasado 4 la aprobación del citado acuerdo, por considerar que lesiona los derechos de los usuarios de Internet.

Pero a quien todavía ocupa Los Pinos le pareció necesario agregar un elemento de tensión al cuadro de por sí complicado que presenta el país. En lo inmediato, con esa firma a favor del ACTA, el felipismo abre otro flanco de discusión y combate, con la esperanza de que no todo se concentre en lo electoral. Además, y aun cuando falta que el Senado retome el asunto y apruebe o rechace tal firma (con los antecedentes, esa cámara habría de votar indudablemente en contra), Calderón avanza en la tarea de amago al uso libre de Internet. Aun cuando ese planteamiento genera un rechazo en el Poder Legislativo tal como hoy está conformado, FCH pretende sentar las bases jurídicas para que, con el pretexto del combate a la piratería (que es uno de los negocios concurrentes en la amplia denominación del crimen organizado al que finalmente el calderonismo no ha hecho verdadero daño, sino todo lo contrario), se pueda actuar contra usuarios de Internet con un margen de discrecionalidad que coloca en riesgo a la gran mayoría. A partir de una demanda presentada por el dueño de determinada marca o producto, los prestadores de servicios de Internet podrán aportar a las autoridades los datos que correspondan a los usuarios involucrados en esa denuncia, con la puerta abierta para acciones penales y policiacas. A nadie escapa que tan amplias facultades podrían permitir el ataque desde el poder a internautas caracterizados por sus críticas a los poderes.

Una trastada más de fin de ¿fiesta? ha hecho Los Pinos respecto a la ley de víctimas que impulsó el movimiento encabezado por Javier Sicilia. Traicionando el acuerdo político discreto que había hecho con el poeta besuqueador, Calderón esperó a que pasaran los comicios para reventar en su parte final el proceso que mediante la ley citada establecería una estructura burocrática con presupuesto público suficiente para atender a personas agraviadas por la violencia desbordada, o a sus familiares, incluyendo la posibilidad de desembolsos económicos.

Calderón pretendió devolver esa ley al Congreso, supuestamente para mejorías varias, pero éste, a través de su comisión permanente, sostuvo que tal retorno se producía fuera de tiempo, así que el texto fue ahora de regreso a Los Pinos para que sea promulgado sin más, en un ping pong institucional vergonzoso. Sin embargo, Calderón estudia la posibilidad de interponer otros recursos para frenar la entrada en vigor de la mencionada ley.

El Grupo Financiero Monex entregó ayer a sus empleados en todo el país claves de conexión por Internet para trabajar fuera de sus oficinas en casos de contingencia.

Francisco Rojas Paz, oficial de la seguridad de la información de ese corporativo, envió un memorando de carácter confidencial en el que expresa: Debido a que estás como personal crítico para el plan de continuidad y negocio, anexo datos de tu acceso a conexión remota (VPN). Es importante que sólo es funcional para efectos de contingencia declarada por la organización.

Y, mientras el expediente Monex va ganando explosiva presencia pública, ¡feliz fin de semana!

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